Jonathan está en casa, fregando los platos, cuando un repartidor le trae un paquete. Antoine, el repartidor, pide descaradamente un vaso de agua a Jonathan y entra en el apartamento, sin que éste le invite. Tras consumir el agua, como si no fuera suficiente, llega a pedir a Jonathan que le dé propina. Por desgracia, Jonathan sólo tiene su tarjeta de crédito. Así que, aunque sea tímido, tiene que pagar al repartidor en especie ofreciéndole su boca.

Antoine se ocupa de jóvenes que están en apuros⦠En apuros sexuales. La pornografÃa se ha vuelto tan presente en todas partes que los jóvenes se ven abrumados por imágenes perversas. Por eso, el trabajo de Antoine consiste en ocuparse de los casos más graves para que sus vidas sexuales vuelvan a la normalidad. Hoy, se encuentra con un jovencito rubio y caliente al que dará un trato muy especial. Enseguida, en la mesa de exploración, el médico francés empieza a besar a su joven paciente, que está cachondísimo. Ese es el primer paso: aprender a no saltarse los juegos preliminares⦠El joven paciente está encima de su médico y éste disfruta mucho de este ejercicio, besándolo apasionadamente y jugando con sus pezones que se endurecen. Luego, deja que el doctor le baje la cremallera de los pantalones para examinarle el pene. Es el segundo paso. Primero agarra el miembro tieso del jovencito rubio, lo acaricia también para comprobar su dureza y finalmente prueba la erección metiéndosela en la boca. De rodillas, el doctor enseña a su joven paciente como hacer una buena mamada. Es entonces el turno del jovencito francés de chupársela a su médico para seguir los consejos que Antoine acaba de darle. Los labios jugosos del jovencito suben y bajan sobre la polla dura de Antoine. Su mamada es un éxito. El médico no tarda en levantar las piernas para pasar al tercer escalón. Se hace comer el agujero por la boca hábil de su paciente. Este jovencito sabe como complacer a un hombre: le mete los dedos en el agujero de Antoine, mientras le chupa la polla. Una vez más, ¡ha pasado la prueba! Después de dilatar el culo de Antoine, el joven paciente mete su enorme polla y empieza a moverla dentro y fuera. Su médico se regocija ante los vigorosos empujones de su joven paciente. Los dos hombres sudan a mares pero tienen que seguir con el protocolo de rehabilitación. El médico se deja follar al revés en una posición muy caliente que le ofrece una visión directa de esta sesión sexy de perforación del culo. Por último, el joven se folla a su médico a lo perrito en la camilla antes de alcanzar un orgasmo alucinante. Se corre en la mano de Antoine para que el médico pueda tomar una muestra de su semen para hacer más pruebas. Pero por el momento, el diagnóstico del médico es incuestionable: la relación de este joven paciente con el sexo es perfectamente sana. No hace falta rehabilitarle. Con todo lo que ha visto en Internet ha conseguido adquirir unas habilidades realmente impresionantes, ¡como atestiguan los crecientes gemidos de su médico!